miércoles, 5 de mayo de 2010
Las letras pericas, en auge
Hace seis o siete años, el panorama literario blanquiazul era un desierto. Ir a la sección de deportes de una librería era sinónimo de encontrar una docena de libros en clave culé, y poco más. Tomás Guasch y su “Ánima de carrer” y Manel Lucas y su “Sóc perico i qué!” abrieron el camino, y este Sant Jordi daba gusto ir a la Catalònia, El Corte Inglés o la Casa del Libro y ver pilas de “El cel és blanc i blau”, “El trío maravillas”, el “Yo, minoría absoluta” o “La història del RCDE en còmic”. O ir a un kiosco y poder adquirir el “Seixanta anys en blanc i blau” o a la tienda del club a por el “Se ha acabado un ciclo” o el “Del encís de Sarriá al somni de Cornellà-El Prat”.
En un lustro se ha producido un auge de las letras pericas: los autores se han animado, los editores se han arriesgado y los lectores no han fallado. Desde libros de anécdotas históricas, como los de Manel Fanlo y Manolo Canovas, a las novelas “La sombra de Leverkusen” o “Glasgow, el sueño continúa”, de Jaume Sabater. Sin olvidar la apuesta por el libro gráfico de Francesc Vía y Carlos Mira (“L’afició del miracle”) o mis dos ensayos (“El sorpasso perico” y “Con Dani y contra Dani”). En este campo, como en otros, hemos avanzado, porque el sentimiento perico es cada día más fuerte.- Sergio Fidalgo
En un lustro se ha producido un auge de las letras pericas: los autores se han animado, los editores se han arriesgado y los lectores no han fallado. Desde libros de anécdotas históricas, como los de Manel Fanlo y Manolo Canovas, a las novelas “La sombra de Leverkusen” o “Glasgow, el sueño continúa”, de Jaume Sabater. Sin olvidar la apuesta por el libro gráfico de Francesc Vía y Carlos Mira (“L’afició del miracle”) o mis dos ensayos (“El sorpasso perico” y “Con Dani y contra Dani”). En este campo, como en otros, hemos avanzado, porque el sentimiento perico es cada día más fuerte.- Sergio Fidalgo
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