Gay: "La deuda a corto plazo del club es de 73,8 millones"

¿Qué le parece el acuerdo con Cancún?

Un acierto de quienes han gestionado este patrocinio. Se trata de una marca muy neutra e inocua, pone al Espanyol un poco en el mundo, por ejemplo, en el mismo México que tiene un mercado futbolístico potencial muy interesante, Cancún aprovecha el tirón de estar presente en la Liga española y su caja de resonancia y para el Espanyol es un patrocinador muy interesante. Enhorabuena, pues, a nuestro Espanyol por haber logrado este sponsor.

¿Las cantidades que se manejan - un millón por temporada - le parecen justas?

Tal y como está el mercado, con algunos clubes importantes de Primera División arrancando la temporada sin patrocinios en sus zamarras y otros negociando a la baja o muy a la baja, creo que si la cantidad anual que percibe nuestro Espanyol es de un millón de euros por temporada, el aspecto económico se ha resuelto francamente bien bajo las actuales circunstancias de una coyuntura económica muy débil y a la baja. De nuevo, hay que reconocer el acierto de la gestión llevada a cabo por el Espanyol.

¿Qué haría usted para facilitar la venta del nombre del estadio?

Si se consiguen buenos resultados deportivos y a poco que el Espanyol saque la cabeza por Europa, las posibilidades de conseguir el “naming” para nuestro Estadio son mayores. El Espanyol necesita de una mayor notoriedad, ser más conocido y de este modo despertar interés a nivel internacional. Está claro que solo firmas internacionales y con amplia proyección están en condiciones de patrocinar un estadio de fútbol. Y en este aspecto sí que conviene que el Espanyol, al negociarse esos contratos a largo plazo, no ceda en cuestiones económicas. Hay que dar con la firma adecuada, hay que ver qué productos comercializa, hay que entender que para esa firma poner su nombre en el Estadio sería un efecto resonancia muy importante pero, claro, no es lo mismo que el Estadio suene en el marco de España y de nuestra Liga que no a través de una proyección europea. Un buen año, con UEFA o, el sueño anhelado de la Champions, y paseando con orgullo el nombre del Espanyol por Europa, sería una acción promocional extraordinaria. Vamos a ver qué tal es nuestro futuro más inmediato…

¿En cuánto fija - cantidad real - la deuda del club? ¿Es asumible para nuestras finanzas?

Si nos fijamos en el último balance aprobado por la Junta General de Accionistas y correspondiente al cierre de la temporada 2009/10, la deuda total del club es de 173,7 millones de euros. Los activos totales del Espanyol a 30 de junio de 2010 ascienden a 181,9 millones de euros, su patrimonio neto o recursos propios suman 8,2 millones de euros y, por tanto, la deuda total contraída por el club es de los mencionados 173,7 millones de euros.

Concretando un poco más, esa deuda se desglosa en 99,9 millones de euros de deuda a largo plazo, es decir, con vencimiento a más de un año, en varios años y en algunos casos con un largo horizonte temporal – como el préstamo sindicado para el estadio -, y una deuda a corto plazo, por tanto, con vencimiento a menos de un año a 30 de junio de 2010 – lo que se tendría que pagar como tope hasta el 30 de junio de 2011 – de 73,8 millones de euros.

El problema que el Espanyol ha sufrido estos últimos meses viene en parte de la descompensación entre el activo circulante – activos que se plasman en deudores, cantidades a cobrar, cash … - que a 30 de junio sumaba 31,5 millones de euros frente a esas deudas a corto plazo de 73,8 millones. Como la cuenta de resultados en 2009/10 se saldaba con una pérdida neta de 8 millones de euros, eso impedía generar sobrantes de dinero que ayudaran a liquidar deudas inminentes.

Lamentablemente, esas tensiones financieras no son exclusivas de nuestro Espanyol sino que son la terrorífica salsa del fútbol español, de la Liga de las Estrellas y de la Liga Adelante. Dentro de lo malo, la verdad es que el Espanyol resiste estoicamente y sus gestores tienen que hacer verdaderos ejercicios de funambulismo financiero para cuadrar los números.

El problema de nuestro Espanyol es que entra en esta etapa de crisis económica que padecemos, con la carga de la deuda correspondiente a la financiación del Estadio, a lo que se añade la deuda operativa de funcionamiento del club. La fase recesiva de la crisis perjudica la generación de ingresos, es decir, o se factura menos – como está ocurriendo en todos los sectores económicos – o se factura lo mismo pero con mayores costes. Si a ello se añade que la Liga de las Estrellas suena a duopolio exclusivo de Real Madrid y FC Barcelona sin que los demás clubes tengan algo de protagonismo – entre Madrid y Barça absorben más de 50% de la facturación total del fútbol español, más de la mitad de los derechos televisivos y más del 60% del total de ingresos por marketing y comerciales que factura la Liga de las Estrellas -, las posibilidades de mejorar facturación por parte de los restantes clubes – donde se incluyen los otros 18, entre ellos, nuestro Espanyol – son escasas.

Que nadie se enfade por las ventas de jugadores que últimamente el club ha tenido que realizar que si es absolutamente indiscutible que duelen y mucho y que en gran manera debilitan nuestra producción futbolística y obligan a seguir fijando la atención en nuestra formidable cantera, por el lado financiero son imprescindibles para en teoría generar liquidez con la que liquidar deudas y económicamente hablando son una bocanada de aire fresco para cuadrar la cuenta de resultados. mientras que el modelo futbolístico sea el que es, no hay más tutía. O se es grande, se lucha por puestos de privilegio, se pasea por Europa, se ingresan sumas considerables, se arma un equipo potente que tenga poderío futbolístico o se es modesto y el sino de la fatalidad en forma de desprenderse de jugadores nos acompañará durante los años venideros.

¿Qué le ha parecido la salida de Luis García del club?

Creo que Luis García, un grandísimo jugador y hombre que ha defendido con orgullo y exquisita profesionalidad los colores del Espanyol, ha sumado y mucho en nuestro Espanyol. Pero los ciclos de los futbolistas en sus equipos tienen, como él decía en su despedida, un principio y un fin. Los mejores años del gran Luis García, todo coraje y pundonor, luchador nato, animoso con sus compañeros, buscando la complicidad de la grada en los encuentros determinantes, ya pasaron.

Y es que los futbolistas, quiérase o no, son activos en el balance de un club. Y si un activo no rinde lo máximo posible, no genera unos rendimientos al límite o su coste de mantenimiento es muy elevado, debe ser sustituido por otro futbolista que, para decirlo de una manera clara y sin que nadie se ofenda, será otra “máquina futbolística” en condiciones económicas más eficientes. Eso, por desgracia pero cada vez de una manera más acentuada, es lo que estamos viendo en el mundo del fútbol. Los jugadores son activos, que se compran, se explotan, se retribuyen y se venden o se dan de baja. Aquellos futbolistas eviternos de hace algunos años, han pasado definitivamente a la historia. Porque antes el fútbol era un deporte de barrio, cercano, sentido, apasionado, de proximidad y valores excelsos. Hoy, el fútbol es una industria donde prepondera el business. Si antes los sentimientos prevalecían, idolatrando a unos jugadores que eran parte de uno y se partían el alma y el pecho defendiendo sus zamarras, y el dinero, con ser más o menos importante, no era definitivo, la realidad actual impone sus reglas del juego: el fútbol hoy es una industria económicamente hablando. Los activos funcionan, pues se mantienen. ¿El coste de mantener los activos es mayor que su rendimiento? Pues se enajenan.

A Luis García, por supuesto, al jugador incansable y al perico recalcitrante y orgulloso, hay que testimoniarle nuestra más sincera gratitud. En nuestra memoria siempre estará que él fue quien marcó el primer gol en el Estadio de Cornellá-El Prat en una noche mágica y emocionante, frente a aquel Liverpool majestuoso.

¿Confía usted en el equipo económico del presidente Condal? ¿Por qué?

Creo que económicamente el Espanyol está en muy buenas manos. Conozco a varios de los consejeros y, en especial, a quienes llevan ahora las riendas del área económica. Son gente muy preparada, espanyolistas de pro, con las ideas claras y que intentarán hacer lo mejor posible las cosas. pero que nadie se llame a engaño: el equipo económico muchas veces tiene que tomar decisiones impopulares. Los números mandan. La situación delicada de nuestro Espanyol obliga a gestionar de la mejor manera su economía que, como dijo un día Paco Herrera, es una economía de guerra. Así que, por más que duela, si ellos creen que hay que prescindir de un jugador y vender sus derechos, no es que lo hagan por eso o por aquello, sino por necesidad. Si la plantilla se ajusta y se venden o salen jugadores con un caché determinado, la solución para que las cuentas cuadren es la de incorporar jugadores con un coste mucho más asequible. El equipo económico tiene que velar por aumentar los ingresos en la medida que sea posible, en estos tiempos durísimos y tan difíciles, y reducir los gastos a la mínima expresión, generando el dinero que permita devolver la deuda del Espanyol, invirtiendo con mesura y en las mejores condiciones, evitando que haya repuntes del endeudamiento.

De manera seria, ahora que se va comprobando el éxito y los frutos de nuestra cantera hay que asumir que la viabilidad económica del Espanyol durante los próximos años exigirá tener una cuenta de explotación bajo un control férreo, buscando que los ingresos siempre mayores que los gastos para obtener beneficio, y, al propio tiempo, vender cada temporada algún jugador para así tener ese músculo financiero que ha de permitir ir liquidando las deudas con templanza y sin sobresaltos. Y estoy convencido que los miembros del equipo económico del presidente Condal, eso, y mucho más, lo harán excelentemente bien. Confiemos en ellos, no nos apresuremos a criticar decisiones que puedan tomar y que sean dolorosas, apoyémosles y, remando contracorriente, todos juntos llegaremos a la orilla del Llobregat…

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