domingo, 12 de agosto de 2007

Estadios en silencio

Los minutos de silencio y los brazaletes negros son las formas que ha escogido el fútbol para rendir homenaje a los que ya se han ido. En la mayoría de los casos son los directivos de cada club los que deciden cuándo y como, ante la ausencia de una normativa común. Los minutos de silencio y los brazaletes negros forman parte de la liturgia del fútbol, y son respetados por todos, salvo por una minoría discordante.

El caso vasco

Los dos grandes equipos vascos, Real Sociedad y Athletic de Bilbao, mantienen posturas diferentes sobre la necesidad o no de hacer minutos de silencio en sus respectivos estadios. El club vizcaíno no acostumbra a celebrarlos. La única excepción es, generalmente, en homenaje de un ex Presidente del club. La Real Sociedad si los celebra, siempre a iniciativa del Consejo de Administración. Acostumbran a hacerse ante el fallecimiento de un ex Presidente, de un familiar de un jugador en activo, o de un ex directivo o futbolista destacado. También los realizan a instancias de la Federación Española.

El sur, siempre diferente

Eduardo Torrico, periodista del Diario As, ha sido testigo de minutos de silencio en los estadios de toda Europa. Y tiene claro que no son iguales en todas partes: “Por la experiencia que tengo en fútbol internacional se respetan en todo el continente, menos en el sur. En la Europa central y en el norte el silencio se mantiene a rajatabla, pero en Italia, Grecia y España no se hace en absoluto. Y lo que no se puede hacer es guardar un minuto de silencio en casos como el del Camp Nou, que lo hicieron por un cabecilla de los grupos radicales, una persona con antecedentes penales”.

Este periodista se refiere a los incidentes que ocurrieron en el coliseo azulgrana el 20 de diciembre de 1997. Ese día la directiva del club decidió que se guardara un minuto de silencio en memoria de Sergio Soto, un cabecilla del grupo radical Boixos Nois fallecido unos días antes. Los integrantes de otra peña joven, Sang Culé, silbaron durante el homenaje al no estar conformes con el mismo. Como represalia, los Boixos atravesaron impunemente todo el estadio y cargaron contra aquellos. A raíz de estos incidentes, los Sang Culé disolvieron provisionalmente su grupo y no acudieron al Camp Nou durante varios partidos.

Por supuesto, este incidente fue una excepción en la larga lista de homenajes celebrados en el estadio barcelonista. De los últimos, el más emotivo tuvo lugar tras la muerte de Ladislao Kubala. En éste, como en todos los que se han celebrado en la historia reciente del club, un violonchelo sonó de fondo. El músico Miquel Pujol es quien orquestó el popular tema de “El valle del río Rojo” que suena por los altavoces cuando se hace un minuto de silencio. Esta melodía aumenta la emotividad de la celebración, y también disimula en parte los posibles gritos de algunos aficionados. El Barça no es el único equipo que pone música en estos casos, ya que en Son Moix suena el himno del club.

(extracto de un reportaje publicado en la revista Don Balón)

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